Esta noche nos hemos ido Nacho y yo a tomar algo a Lillo.
El camino de ida por el puerto ha sido sorprendente. Lo habíamos visto por el día los niños y yo nos nos divirtió muchísimo ver los puentes que se levantan para dejar pasar enormes barcos de carga por los canales y de fondo las fábricas de Total y la farmaceútica Bayer. Pero por la noche fue aún mas espectacular. Era fantasmagórico, las chimeneas, las luces en los enormes tubos, etc...
En Lillo nos esperaba una sorpresa. Yo recordaba el pueblecito y el puerto pero no imaginaba las conscuencias de la marea por estos lares. Sacamos una foto del puerto con todos los barcos encallados para compararla con las que hicimos por la tarde.
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