BREDA

Hemos pasado todo el Sábado en Breda. ¡Fantástico!.
Papá había localizado antes el museo del diseño y ésta ha sido nuestra primera visita.
Lo hemos vuelto a pasar muy bien viendo arte contemporáneo. La verdad es que los museos aquí están muy bien preparados para que los niños puedan disfrutar de ellos con sus padres. Son interactivos y dan lugar a que puedas explicarles todo como si jugaras.
Luego hemos comido en un parque precioso en donde papá encontró al pato mas feo del mundo. Se fue detrás de él a fotografiarlo para entretenimiento de tres viejecitos que no hacían más que mirarlo extrañados.
El resto del día paseamos por la ciudad, que tiene la fama merecida de ser el centro histórico más bonito de holanda. Vimos otra boda, la puerta de los españoles, nos sentamos a merendar en una terracita del centro y cuando no quedaba nadie por las calles, las 6:30, muertos de hambre, nos volvimos a casa. Tenemos totalmente aceptado el horario de aquí, comemos a las 12:30, cenamos a las 6:30 y las 10:00 nos parece media noche. ¡Que va ser de nosotros cuando volvamos!